Bungee jumping en Salta (Argentina).
Nadé con tiburones en Cancun (Mexico).
Estuve 1 hora dentro de la mina de Potosí (Bolivia).
Disfruté del salar más grande del mundo en Uyuni (Bolivia).
Recorrí el Valle del Cocora, donde están las palmeras más altas del mundo (Colombia).
Trekking arriba de un glaciar en El Chalten (Argentina).
Y trekking en la “table mountain”, una de las maravillas naturales del mundo, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
Conocí al Gran Buddha (Japón).
Llegué a la ciudad más austral del mundo, Ushuaia (Argentina).
Y llegué al punto más al norte de América del Sur, el desierto de Punta Gallinas (Colombia).
Y también estuve en el desierto de Huacachina (Perú).
Fui a un safari en la selva en Parque Kruger (Sudáfrica).
Y estuve en el Amazonas, en la selva de Tambapota (Perú).
Estuve en la casa donde vivió su infancia Nelson Mandela, en Soweto (Sudáfrica).
Visité las ruinas de Chichen-Itza, maravilla del mundo moderno (México).
Y Machu Picchu, otra maravilla del mundo moderno (Perú).
Viajé 15 días en bicicleta y recorrí un total de 400 km’s desde San Martin de los Andes hasta Bariloche (Argentina).
Anduve haciendo carrovelismo en La Rioja (Argentina).
Conocí el gran Ópera de Sidney (Australia).
Hice el recorrido por los 12 apóstoles de Melbourne (Australia).
Desde el canal de Beagle, Ushuaia (Argentina), vi los océanos Pacífico y Atlántico. Y desde el cabo de Buena Esperanza en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), vi los océanos Atlántico e Índico.
Corrí y anduve en bici por la hermosa Rambla de Montevideo (Uruguay).
Y también salí a correr por el maravilloso Central Park (Estados Unidos).
Subí al peñón de Guatapé, la segunda piedra más grande del mundo (Colombia).
Estuve en la montaña de 7 colores en Purmamarca (Argentina).
Y también en la montaña de 7 mil colores, en Winicunca (Perú).